La comunidad religiosa es un don de lo Alto. Hay que acoger ese don, celebrarlo, cultivarlo, disfrutarlo y compartirlo con corazón agradecido. La comunidad es un espacio teologal. Es mucho más que un conjunto de dinámicas grupales. La comunidad está compuesta por seres humanos, no por ángeles. Necesitamos mediaciones, herramientas, dinámicas, tiempos y lugares. Prescindir […]