En el vigésimo aniversario de la Regla de Vida de 1983. El largo recorrido hasta su aprobación definitiva

El autor de este artículo, José María Salaverri, fue elegido Superior general en el Capítulo general de Linz (1981), en el que se aprobó el texto de nuestra actual Regla de Vida. Le tocó trabajar para su aprobación definitiva.
Habiendo asistido a todos los Capítulos generales desde 1961, el padre José María nos cuenta la génesis remota de nuestra Regla de Vida. El padre Pablo-José Hoffer, propuso al Capítulo general de 1961 una revisión y actualización de las Constituciones, aprobadas en tiempos del generalato del padre José Simler en 1891. El Capítulo acogió con entusiasmo la propuesta. No se debe olvidar que se estaba en la euforia renovadora del Concilio Vaticano II. Pero el Capítulo de 1966 se presentó problemático. El Concilio había abierto muchas esperanzas y el texto, propuesto por la Comisión oficial, no llegó a satisfacer totalmente. En el artículo se narra como al final de la segunda sesión de ese Capítulo, en 1967, se llegó a un texto, aprobado “ad experimentum”, pero que no satisfizo a muchos.
El Capítulo general de 1971, en San Antonio (Texas), supuso un paréntesis sereno, una reflexión profunda sobre temas básicos de la vida marianista. El padre Stephen Tutas, elegido Superior general en ese mismo Capítulo, a partir del Capítulo de 1976 en Pallanza (Italia), supo llevar a cabo una amplia consulta, y preparar un texto muy elaborado, que los capitulares de Linz (Austria), en 1981, con gran serenidad y amplio consenso, supieron mejorar aún más.
Finalmente se nos relata los trámites de la aprobación en la SCRIS (Sagrada Congregación para los Religiosos e Institutos Seculares). La parte tomada por el prefecto de la Congregación, el Cardenal Eduardo Pironio; y la providencial intervención de Juan Pablo II en la aprobación del artículo 102.

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