Para comprender mejor y amar más nuestra Regla de Vida Marianista

El artículo propone una serie de reflexiones, que comienzan analizando el momento del nacimiento de nuestra actual Regla de Vida Marianista. Se concibió en 1961, antes del Concilio Vaticano II, pero se dio a luz en 1981, en pleno postconcilio. El proceso de revisión de las Constituciones se vio fuertemente influido por la celebración del Concilio Vaticano II. Lo mismo que el Concilio respondió a la pregunta ¿cómo se ve la Iglesia a sí misma en el mundo de hoy, nuestra Regla es también una respuesta a la pregunta ¿cómo se ve la Compañía de María en la Iglesia y en el mundo de hoy. La Regla de Vida describe la identidad marianista de una manera dinámica profundamente inspiradora de las actitudes religiosas que debemos encarnar en nuestra vida y acción de cada día. Para ello, se exponen los elementos clave de esa identidad: el fundador, como modelo vivo, la naturaleza de la Compañía de María, como proyecto compartido por toda la Compañía, el enfoque espiritual de nuestros votos, los rasgos de nuestra comunidad marianista, nueva familia fundada en el evangelio del Señor, siempre en marcha, el estilo de nuestra oración y la definición de nuestra misión por objetivos, actitudes y principios y no por obras apostólicas.

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