El artículo busca describir las formas de organización interna de la comunidad religiosa marianista desde la fundación de la Compañía en 1817 hasta el momento presente. La tesis de base sostiene que estas formas de agrupamiento responden al carisma fundacional y a la influencia de los contextos sociales y eclesiales de cada momento histórico.
Según esta tesis, el autor define tres modelos de ordenamiento de la comunidad marianista en los 181 años de existencia de la Compañía de María: 1º el modelo fundacional (carismático-normativo) caracterizada por la composición de hermanos laicos y sacerdotes en igualdad de derechos y por un fuerte talante laical en la identidad y la misión; además, les anima una motivación mariana. En similitud con el movimiento congregacional, constituye una nueva forma de vida religiosa misionera en la que la evangelización acontece por la promoción moral, cultural y social de los grupos humanos más deprimidos. 2º El modelo burgués siguió al fundacional. Constituye la encarnadura carismática más extensa en el tiempo y de perfiles más nítidos. Este modelo está definido en las Constitucione de 1891 bajo el término de la regularidad. Por regularidad se debe entender la síntesis cultural del carisma marianista en los valores burgueses de la racionalidad, la producción y la eficacia. La comunidad marianista se caracterizó por ser un eficiente claustro de profesionales de la enseñanza. 3º El tercer modelo , incipiente, responde a la Regla de Vida de 1983 . Ha de ponerse en relación con la eclesiología del Concilio Vaticano II, la cultura de la postmodernidad (del “tu debes” al “yo quiero”) y ha de servir para la nueva evangelización. Este modelo exige un ejercicio comunitario permanente de búsqueda en común de la voluntad de Dios (no del cumplimiento de un reglamento) sobre nuestra vida fraterna y nuestra misión.