Diego Tolsada considera discutible el nuevo modelo propuesto por Enrique Llano según el cual en esa nueva Familia los laicos llevarían a cabo su acción evangelizadora y transformadora del mundo y los religiosos tendrían como función específica la animación espiritual. Según Tolsada Religiosos y religiosas tenemos que resituar nuestra identidad vocacional en el conjunto de la vocación cristiana y en el seno de la familia que queremos crear. Los problemas surgen en la práctica cuando se trata de definir una mayor coordinación de las cuatro ramas. Sería necesario la fijación de algunos objetivos comunes a medio plazo sobre acción pastoral por parte de los Consejos Nacionales e Internacional de la Familia.