De la cantera de la historia marianista, Antonio Gascón sigue extrayendo grandes sillares. En esta ocasión ofrece a nuestra revista un estudio minucioso sobre un momento fundamental de la fundación marianista. Se trata de la revolución liberal francesa de 1830 y sus repercusiones sobre la Compañía de María. El autor fundamenta con un sólido andamiaje documental la tesis de fondo de su colaboración. Por decirlo con sus propias palabras, “la revolución de julio no fue la causa de la crisis de la joven Compañía, sino que evidenció la crisis de crecimiento y del necesario esclarecimiento constitucional de su identidad carismática.”
Muchos temas fundamentales encontrará el lector de este interesante artículo fuertemente entrelazados: las causas del debilitamiento progresivo de la Congregación de Burdeos, el ingente proyecto de las Escuelas Normales para la formación del profesorado nacido de la experiencia valerosa de Saint-Remy, las difíciles relaciones entre la Compañía de María y las Hijas de María y el perfil personal de los grandes protagonistas de esta etapa histórica de la vida marianista. Momento de grandes decisiones que deben jugarse entre la fidelidad al impulso carismático de Chaminade que lleva a permanecer abierto a la universalidad de la misión, y las posiciones realistas de algunos religiosos que se inclinan por una concreción de tareas apostólicas ante la escasez de recursos humanos y materiales para hacer frente a la gran cantidad de obras a las que la Compañía de María atiende.