Una Regla de Vida para vivir en familia

Con esta colaboración se ofrece el testimonio de vida y la reflexión histórica de un joven religioso marianista que a vivido tan sólo el paradigma de la vida religiosa marianista de la Regla de Vida de 1983 en que la que se ha formado, ha crecido y desde la que trata de responder a los retos del seguir a Jesús hoy.
Investigación histórica e intuición vital se sostienen a lo largo de la colaboración donde se trata de mostrar que la fuerte llamada de la Regla de Vida no es una novedad sino el fruto maduro de un proceso lento en el que la letra animada por el Espíritu que está presente en medio de nuestra historia, unida a los esfuerzos y a las experiencias misioneras de tantos religiosos, abren la puerta a una vida marianista vivida en familia. Todo un modelo eclesial en donde el común denominador es el ser seguidor de Jesucristo, Hijo de Dios, hecho hijo de María para la salvación de los hombres, y lo diverso nuestros diferentes estados de vida como laicos, religiosas y religiosos.
El artículo esta escrito desde la convicción de que no es posible vivir el ser marianista en fidelidad al don del carisma marianista y a la acción del Espíritu en la Iglesia en estos últimos años, sino en el seno de la Familia. Un interesante recorrido por treinta y cinco años de una aventura en la que los religiosos se han dado una Regla, un paradigma de vida religiosa por la que la Compañía de María se entiende sólo en el marco de la Familia Marianista.
El autor ha hecho un estudio de las constituciones y capítulos generales desde 1967 descubriendo cómo se ha llegado a la formulación de la Regla de Vida del 83 que hace de la pertenencia a la Familia Marianista un elemento central de la autocomprensión de nuestra identidad y servicio a la Iglesia.

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